Él soy yo, Don Francisco. Como cada jueves santo asisto a la ceremonia del mandatum, el lavatorio de pies que el cura lleva a cabo en la Iglesia. Asisto al cura, me niego a observar los rostros de los feligreses. No me importa el ser humano. Los miro desde las alturas, allí los veo como lo que realmente son: «gusanos que se arrastran». El mandatum es una sucesión de pies desagradables, seguramente malolientes, deformes, viejos… un momento, ¿y esos pies tan maravillosos? Veamos la cara, alza la cámara, Buñuel por Dios, quiero ver si la cara es tan bella como el fetichismo que siento por esos pies. ¡Cáspita! ¡Me he enamorado! ¡Gloria Bendita! literalmente, porque ese es su nombre: Gloria.
Tengo que saber más de ella. Sé que me he enamorado de forma irracional. Pero qué me importa, la he estado esperando toda mi vida. Soy virgen, nunca he estado con ninguna mujer. Soy rico, todo lo que quiero lo tengo en mi mansión señorial y en mis terrenos. Bueno, no todo. En Guanajuato esos gusanos me han robado terrenos y posesiones que pertenecen a mi familia. No acepto un no por respuesta, volverán a ser míos. Si el abogado que lleva mi demanda me falla, lo despido y contrato a otro. Quiero poseer todo lo que considero mío. Me están volviendo loco. Y Gloria… se va en ese coche, madre santa, tengo que saber quién es. ¿Es la novia de mi conocido ingeniero Raúl? No, no puede ser. Vengan a cenar mañana. Tengo que seducir a Gloria con mis encantos de caballero cristiano. Ya se que Buñuel odia a toda la burguesía y a la Iglesia y a toda clase de represión… Se fue de España. Lo se, lo se… Gloria, por Dios cásate conmigo. Vayamos a Guanajuato, seremos tan felices. Mi cerebro es un volcán. Gloria, ¿piensas en Raúl? AHHHHHHH… Me duele todo, la vida, el alma.
La madre de Gloria es una molestia. ¿Qué puedo hacer para apartarla de Gloria? Debo encerrar a mi damisela en su torre, sí, porque soy un caballero cristiano. ¡Gloria no baja!¡Váyase! Gloria, Gloria, por Dios, no me atormentes, dime que me quieres… Sí, me quieres. ¡No te creo! ¡Sucia perra! ¡Grita cuanto quieras! Perdona Gloria, pero es que ese hombre te estaba siguiendo, y pensé que tenías algo con él. Ahora voy y le azoto.
El mundo está contra mí. ¿Por qué Buñuel se mete tanto con nosotros, los burgueses? Somos gente enferma, ya lo mostrará más adelante en su obra cumbre El ángel exterminador. Pero, ¿por qué me retrata así? Yo se que es verdad todo lo que digo, he visto a Gloria venir en el coche con ese hombre. Es verdad. Tiene algo con ese Raúl. ¡Abogado, abogado! ¡Qué bueno sentir algo positivo de usted! Los terrenos de Guanajuato volverán a ser míos… ¡Sí! ¡Victoria! Gloria, ese abogado merece una fiesta. Se encantadora con él, hazle sentirse a gusto, no le dejes ni un momento… Pero, ¿qué haces Gloria? ¿Por qué bailas con él así? ¿Adónde has ido? ¡Al jardín! Puta de mierda, lo sabía lo sabía… Gloria, perdóname no se qué hacer. Espera, te pego tres tiros con la pistola, pero no te preocupes son de fogueo. Es para que sepas de lo que soy capaz.
¡Oh, Gloria! Siéntate a mi lado. Tengo que escribir esta carta. Necesito tu ayuda. ¡Deja de escribir! ¡No necesito la humillación de que hagas cosas por mí! ¡Te perdono, Gloria! ¿Me quieres? ¡Necesito que me quieras! ¡Ese abogado rastrero, nunca se esfuerzan lo suficiente! ¡Se que has ido a ver al cura y a tu madre, Gloria! Pero no te preocupes, ya les he engañado de nuevo. El tormento de mi ser no me impide mostrar mi cara social… Ven conmigo Gloria, ¡y no olvides que si quiero te tiro de este campanario abajo!
¡Gloria! ¿Por qué me has abandonado? Me voy a la parroquia, se que estarás allí, ¡te voy a matar, maldita! ¿Por qué todos se ríen de mí? AHHHHHHH… ¡Ayuda, ayuda!
Se que en este convento en el que me ha metido Buñuel encontraré la paz para mi torbellino interno, para la hipocresía de las clases altas. Estos curas… ¡Pero ahí se han marchado ya Gloria y ese Raúl, con su hijo! Lo sabía, lo sabía…
Y Buñuel también lo sabía, Él es el tormento de quien todo lo quiere, de quien no acepta el no, y de quien como yo, piensa que si yo quiero todos me deben querer.