A mis ya ex-compañeros que quedan como amigos… y a mi mujer: en la riqueza y en la pobreza… creo que lo hemos demostrado.
Se puede considerar éste artículo una continuación directa del episodio 4 escrito hace tres años y medio…
30 de junio de 2022. 16.00h/4pm horario británico. Dejo mi pase en recepción y salgo por la puerta principal de la oficina de DMS en Shand Street. Un mensaje de WhatsApp en mi teléfono, de mi ya ex-supervisor Alec: «Gonna miss you, pal». Un momento de emoción, un «joder» y sigo caminando. No miro atrás. Nunca lo hago una vez tomo una decisión. Es un comportamiento fetiche para aceptar que no hay marcha atrás. Sólo queda el futuro, el horizonte allá en la lejanía. Y el camino hacia él. No me gustan los grandes dramas, aunque sé que es la última vez que he pisado la oficina como trabajador. Son 3 años y medio los que quedan a mi espalda. 3 años y medio que cambiaron mi vida. 3 años y medio de felicidad profesional y de momentos duros fuera. 3 años y medio en los que he experimentado el lujo que es trabajar en una oficina en Reino Unido, donde la flexibilidad laboral (que debería ser lo común) te recuerda lo privilegiado que eres; y donde el respeto al individuo (valor fundamental en mi ideología) se lleva a rajatabla.
UN DíA DE ENERO
La historia arranca en enero de 2019. En las 48 horas que van del día 2 al día 4, envío el Curriculum trámite mi mujer, me citan para una entrevista, la hago y me ofrecen el trabajo. Dejo la hostelería finalmente. Robin, escocés de Aberdeen y Jefe de la sección de Media Intelligence de DMS, es el bendito culpable. La persona que me dijo: «creo que serás una buena incorporación al equipo». Con el tiempo bromeará diciéndome: «Yo te cambié la vida», pero lo cierto es que lo hizo…
El día 16 inicio mi andadura en DMS UK Ltd. Mi posición: UK MEDIA MONITOR. Me encargo de monitorizar campañas de cine y de música en prensa escrita y en Radio/TV de Reino Unido. Ésa es otra de las grandes contribuciones de DMS a mi vida: finalmente, mi trabajo será en inglés y, de hecho, mi dominio del idioma alcanza su pico gracias al trabajo. También mi asimilación de la cultura británica, inicio a sentirme parte de éste país. Mis dos supervisores serán Alec Thi y Sam Smith. Siempre reticente a las jerarquías, trato de mantener una distancia inicial con ambos que pronto quedará borrada. Porque desde el inicio, no hay imposiciones, hay flexibilidad, los rangos se difuminan… A cambio doy lo mejor de mí, empiezo a demostrar que me gustan los días de trabajo que yo llamo «correcalles», los días de más trabajo. El respeto hace entonces acto de presencia entre nosotros.
ALEC THI, EL MAESTRO
Son los mejores meses de mi vida desde probablemente 2003. 2019 acaba a lo grande. Es curioso lo que puede hacer una mente motivada. Cumplo mi primer aniversario en DMS que viene acompañado de un aumento de salario; los lunes no son más un día de disgusto, si no que son los días de partido: las pachangas de fútbol después del trabajo con los compañeros; a mi mujer (entonces aún pareja) le dan también una promoción allí a principios del 2020 y empezamos a preparar nuestra boda, programada para el 17 de Julio de ese año. Todo va viento en popa después de años de sacrificio, de haber sufrido con creces la crisis del 2008, de haber abandonado nuestras casas, después de haber trabajado como esclavos, de haber compartido casas y habitaciones…
Alec Thi, mi supervisor, se va convirtiendo en algo más que un simple gurú profesional. El respeto que sustituyó a la reticencia inicial se convierte con los meses en amistad. Con él, cumplo mi sueño de visitar Old Trafford, se convierte en mi testigo de boda y mi esposa y yo asistimos meses después a la suya, que marca simbólicamente el final de lo que nos vendría encima.
Todo va sobre ruedas. Pero, siempre con ese gen gallego de la fatalidad en la sangre, me repito que hay que disfrutar el momento porque nunca sabes. Arsenio Iglesias, personaje que admiro profundamente y portador también de esos mismos genes, ya lo dijo: «Cuidado con las fiestas, que te las quitan de los fuciños»; el mismo Arsenio que repetía siempre aquello de que «duran poco en el recuerdo las victorias pero cuánto se tardan en olvidar las derrotas».
Así fue una vez más…
LA SOCIEDAD SE ENFERMA
En marzo de 2020 ya se sabe lo que pasó y voy a pasar de puntillas y ni siquiera voy a nombrar al sujeto que supuestamente pasó de murciélagos a humanos en un mercado de Oriente. Como libertario que me considero, la presencia de un Estado Totalitario dirigiendo nuestras vidas no ha sido mi sueño húmedo cumplido que digamos.
Bastará decir aquí que en 18 días la vida dió un vuelco y pasamos a temer por nuestra posición en el trabajo. Mi mujer estuvo 15 meses en el llamado furlough (ERTE británico) y yo, afortunadamente, fui uno de los pocos que continuó trabajando desde casa durante todo el tiempo que duró el asunto. La pesadilla que nos obligó a dejar nuestros países casi una década atrás se volvía a repetir. Era la segunda gran crisis económica a la que se enfrentaba nuestra generación y mucho me temo que, salvo que se pare los pies a los que viven en la vértice superior de la pirámide, no será la última. Lo único positivo de lo que nos han hecho pasar en ésta ocasión es que no puedes tocar los huevos a tanta gente sin crearte millones de enemigos… y algunas muestras de lo que puede pasarle a ésta sociedad corrupta y dictatorial ya se han dejado ver.
8 MESES EN PALERMO
La idea inicial de casarnos en Londres, y hacer una pequeña ceremonia con banquete en Galicia y otras dos comidas familiares en Bilbao y Palermo quedó desactivada. La boda la celebramos en Londres el 14 de julio de 2020, tuvimos el honor de ser la primera ceremonia que se celebraba en el Ayuntamiento de Lewisham durante la nueva situación. Visto los efectos psicólogicos del confinamiento y después de una pequeña y distópica luna de miel por Normandía antes de que se hiciesen obligatorios los bozales, decidimos pedir permiso en el trabajo y pasar el resto de lo que quedaba de aquella situación en casa de la familia de mi mujer Emanuela, en Palermo.
Al menos rodeados de familia y con un clima más benigno, todo se hizo más llevadero en aquel otoño-invierno 2020/21. Así, sin quererlo ni beberlo, puedo añadir a mi Curriculum una estancia en Italia equivalente a un año académico.
A pesar de diversos encontronazos con gente con una mente menos flexible a la hora de obedecer normas estúpidas y de que Italia tiende a ser un Estado bastante más opresivo y fascistoide que Reino Unido, logramos encontrar nuestros rincones aislados como la Riserva di Capo Gallo en Sferracavallo que seguramente nos salvaron la vida al darnos un respiro de tanta opresión. Cuántas horas pudimos caminar por aquellos senderos durante aquellos meses, mirando el mar, ni Dios lo sabe. Fue nuestra pequeña isla desierta que nos ayudó a pasar los efectos psicológicos del crimen contra la humanidad que estaba en marcha.
11 DÍAS DE FEBRERO
La prueba psicológica más dura estaba aún por llegar. Febrero de 2021, parece que estamos en una especie de recta final con la llegada milagrosa de medicamentos producida por compañías que han participado abiertamente en Golpes de Estado como el que depuso a Salvador Allende en Chile en 1973. Pero la vida ahí está para recordarte que el camino no va a ser fácil
El día 4 de febrero fallece mi amama en Bilbao. Ya era consciente entonces de que seguramente ya la había visto por última vez, pero una cosa es saberlo y otra cosa cuando sucede y hay que digerirlo como píldora de realidad. Sin tiempo para pensar en mucho más, 11 días después fallece mi madre. En estado de shock por lo inesperado, estamos en la llamada «zona roja» que impide incluso salir del área metropolitana de la ciudad de Palermo. El aeropuerto Falcone-Borsellino está «no operativo».
Gracias al apoyo de mi mujer y de la familia, de mis amigos de Galicia y de mis compañeros en DMS que están siempre atentos al devenir de los acontecimientos, todo es un poco más fácil. Es cierto también que las experiencias y muchas situaciones vividas en el pasado que nunca pensé tener que vivir, han forjado un carácter en mí bastante más fuerte de lo que yo mismo era consciente. Y mucha culpa positiva de ese carácter la tiene Londres.
VUELTA A LA OFICINA Y FINAL DE ETAPA
En abril de 2021 conseguimos volver a Londres, previa escala en Roma. Poco a poco la situación se va recomponiendo y volvemos a trabajar desde la oficina de DMS tres días por semana/dos remoto desde julio de 2021. Los abrazos y las charlas con los compañeros y amigos vuelven. Es seguramente la boda de Alec y Becky en agosto de 2021, la que marca simbólicamente el final de ese año y medio de opresión Estatal totalitaria. Una decena de compañeros de DMS tenemos el privilegio de estar entre los invitados y estrechar mucho más los lazos de camaradería y amistad.
Mi mujer sale del furlough en Junio y eso también nos quita otro peso de encima. Pero el final de etapa en DMS se comienza a sentir en el horizonte. Primero, es mi mujer la que encuentra un trabajo nuevo en octubre de 2021; en enero de 2022, la propietaria de la casa donde hemos estado viviendo durante los últimos cinco años nos da el aviso de tres meses de que tenemos que desalojar porque la va a vender; como en toda crisis, llega la inflación y el aumento del coste de la vida… Comienzo a mandar Curriculums a otras compañías por primera vez desde que trabajo en DMS. El momento también es propicio. Falta mano de obra, y realizo al menos diez entrevistas entre enero y mayo de 2022. Pero aún no estoy preparado y me autosaboteo en alguna de ellas en las que llego a la fase final.
LLEGA EL MOMENTO
Como diría Forrest Gump «y así, sin más, un día llegó». Wavemaker, compañía de comunicación se mete en contacto conmigo a mediados de mayo para una posición abierta como Senior Global Media Analyst. Me preguntan las expectativas de salario, período de preaviso para dejar DMS etc… Me hacen la primera entrevista y la paso; me hacen una prueba práctica de cálculos en Excel y una prueba matemática y la paso; y llega la entrevista final. Linda y Lauren vs Endika. Es la primera entrevista que hago sin complejos. Centran preguntas y remato las respuestas. He dejado un par de ejercicios en Excel sin contestar pero parece que eso no les importa. La entrevista va tan bien que me digo a mí mismo: «no la hagas tan bien que te van a dar el trabajo».
Dos horas después de finalizar la entrevista, recibo la llamada. El puesto, si lo quiero, es mío. Ducha de agua fría. ¿Estoy preparado para dejar DMS donde estoy tan cómodo? Empiezo a mandar la primera documentación para la redacción del contrato nuevo. El día 3 de junio me voy de vacaciones para casi todo el mes de junio. Tengo que decirle a Alec, mi amigo y supervisor, que dejo DMS. Encuentro las fuerzas el día 1. Simplemente, sin más, le digo que tengo una oferta de trabajo y que la voy a aceptar. Otra ducha de agua fría, ésta vez para él. Y llega otro momento inesperado: Alec mueve los hilos y llega una contraoferta para que me quede.
Nunca podré estar suficientemente agradecido. La contraoferta me hace sentirme tremendamente valorado y hace aún más difícil la decisión de dejar DMS y a mis compañeros, pero también me hace sentirme orgulloso de haber dejado una huella y me permite salir como siempre hubiera soñado salir de allí: por la puerta grande. En plenas vacaciones en Sicilia, pido 24h de plazo. Pero sé que no las necesito. La decisión ya está tomada. Pienso en lo vivido: mi amama, mi madre: necesito empezar de cero, crear nuevos recuerdos en un sitio nuevo; la posición de Media Analyst me va a abrir infinidad de puertas, incluso para poder volver algún día a casa (sueño que empieza a poder arañarse y tocar con los dedos); el crecimiento va a ser brutal si lo aprovecho bien; y como me dijo un ya ex compañero en DMS: esa tensión y nerviosismo inicial, ese stress positivo, es necesario de vez en cuando.
UN DÍA DE JULIO
Así, como dije en uno de los posts en los que narraba mi vida en Londres, un nuevo trabajo significa una nueva etapa. El martes, 5 de julio de 2022, inicia. 5 días después de salir por la puerta de DMS por última vez, sin mirar atrás. Eso ya lo hago ahora, escribiendo. Pienso en estos tres años y medio. Cómo DMS me cambió la vida, momentos de felicidad, amigos, compañeros, mi boda, la boda de Alec… Y todos los momentos duros que hemos tenido que vivir. De los buenos se disfruta y de los malos se aprende. Mucho ha sucedido en estos tres años y medio. Hemos navegado por una tormenta, pero el barco, aunque no intacto, ha llegado al puerto sano y salvo. Cambiaría si pudiera algunos sucesos, pero lo que nunca cambiaría es a las personas con las que he vivido todos esos momentos.
Thank you, DMS!
Mucha suerte!
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