Nadie cuenta con Italia en el Mundial’82. Ha pasado la primera fase sin pena ni gloria, sin victorias ni derrotas. Todo son puntos que reparte con Camerún, Perú y Polonia. Parece que le han hecho un favor invitándola al grupo de la Muerte en la segunda fase.

Scirea 2

La Italia del Mundial’82 es como una serpiente. Se arrastra y nadie la ve; es peligrosa, pero nadie mira hacia abajo ni da la señal de alarma; lanza silbidos agresivos que nadie escucha; y cuando la víctima se percata de la amenaza, ya es tarde: se enrosca en el cuerpo del adversario y lo mata por asfixia. Éste es el modus operandi que condena a la Brasil de Zico y Sócrates, a la Argentina de Maradona, a la Polonia de Lato y Boniek y a la Alemania de Rummenigge.

Así se proclama campeón del Mundo por tercera vez en su historia el cuadro azzurro dirigido por Enzo Bearzot ese lejano verano de 1982. Entre los futbolistas que festejan el triunfo en el césped del Estadio Santiago Bernabéu de Madrid, se encuentra un joven líbero del que hablan maravillas. Se va del torneo como campeón, pero sin haber jugado ni un minuto. Gaetano Scirea, excelso en su mejor momento como futbolista, no le ha dado opción.

Scirea

Scirea no es el capitán del equipo porque Dino Zoff ha decidido jugar el torneo con 40 años. Pero Scirea pertenece a la estirpe de jugadores que no necesitan brazalete para ser capitán. Es el auténtico líder de Italia: ordena y corrige al compañero; juega vestido con esmoquin, el esmoquin del que sale con el balón controlado desde atrás siempre con la cabeza levantada; y defiende su portería sin necesidad de recurrir nunca a la violencia porque posee el don de ocupar el espacio: siempre está en el lugar y en el momento apropiado y llega siempre con ventaja al corte del rival.

El joven líbero al que no ha dado opción de jugar ni un minuto aún no se ha ganado el status. Aún lo llaman simplemente Franchino, el hermano de Beppe. Con el tiempo, y mientras Italia entera llorará la temprana e inesperada muerte de Gaetano Scirea, a Franchino le retirarán ese diminituvo de nacimiento de su nombre y como capitán del gran Milan de Arrigo Sacchi se ganará el respeto del fútbol bajo la identidad de Franco Baresi.

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