Será difícil encontrar una serie más intensa que The Shield. 45 minutos por episodio que vuelan por el ritmo y la tensión que las vivencias de sus personajes provocan en el espectador. El estilo semidocumental y realista, donde predominan los planos cámara en mano y los seguimientos a los personajes a través de callejuelas y redadas en casas de Los Angeles, incrementa esa sensación frenética y por momentos claustrofóbica, que no da respiro al televidente.
LA FAMILIA UNIDA…
SPOILER: The Shield es una serie policíaca que se estructura en diversas historias protagonizadas por las distintas secciones de la Policía que opera en el distrito de Farmington, un barrio bajo de L.A. Así, tenemos a homicidios, donde actúan los detectives Claudette Wyms (CCH Pounder) y Holland Dutch Wagenbach (Jay Karnes); los patrulleros Danny (Catherine Dent) y Julien (Michael Jace); el capitán y posterior concejal David Aceveda (Benito Martínez); y por supuesto, los auténticos protagonistas de la serie, el Equipo de Asalto (Strike Team en inglés), formado por Shane Vendrell (Walton Goggins), Curtis Lem Lemanski (Kenneth Johnson), Ronnie Gardocki (David Rees Snell) y su líder y principal personaje de la serie, Vic Mackey (un impresionante Michael Chiklis).
The Shield es una serie que sufre una evolución a lo largo de sus siete temporadas que juegan con la percepción y los sentimientos que el espectador siente hacia ella. Al espectador se le obliga literalmente a empatizar con un antihéroe como Vic Mackey, ofreciéndonos para ello una escala moral del personaje en el que la protección de la familia (tanto la literal, formada por su esposa Corine y sus tres hijos, como la profesional, su Equipo de Asalto) lo es todo. Mackey es un personaje de dudosa ética, capaz de matar a un colega infiltrado en su grupo y capaz siempre de ir un paso por delante de todo aquel que intenta desacreditarle y hacerle caer en desgracia, en un principio el capitán Aceveda.
El Equipo de Asalto se apropia del dinero confiscado a los criminales en redadas; vende drogas de las que se han apoderado en sus golpes contra las bandas para sacar tajada y son capaces de planear y ejecutar el robo a un camión que transporta 2 millones de dólares perteneciente a la mafia armenia. El espectador se ha acostumbrado a que Mackey y su equipo sean más listos que nadie y sean capaces de sobrevivir en los momentos en los que parecen vivir más al límite.
Pero es entonces cuando Shawn Ryan, creador de la serie, golpea al espectador, que ya se ha encariñado con el antihéroe Mackey y siente una especial simpatía por la camaradería y el sentimiento de pertenencia de los miembros del Equipo de Asalto. Con la aparición de John Kavanaugh (Forest Whittaker), detective del Departamento de Asuntos Internos encargado de investigar a Mackey y los suyos por corrupción justo cuando Mackey está intentando cambiar y acercarse en su proceder al lado de la moral, todo se revuelve y toda la percepción del espectador se va al traste. Con la muerte de Lem a manos de Shane, cuando éste último cree que el anterior ha hecho un pacto con la fiscalía para mandarlos a todos a la cárcel, quedamos desorientados y casi desprotegidos. Ahora, sabemos que el Equipo de Asalto de Mackey no es intocable.
Kavanaugh, uno de los personajes más odiosos de la historia de la televisión a pesar de que lo único que persigue es hacer justicia (maldita ella), ha abierto la caja de los truenos, y durante las últimas temporadas asistimos a la progresiva desintegración de la familia, esa por la que Vic tanto ha luchado, esa con la cual, a pesar de lo delictivo de sus actos, nos hemos encariñado. El compañerismo y la unidad hasta entonces presente entre el equipo, se hace trizas y cada uno comienza a mirar por lo suyo como consecuencia de lidiar con dinero sucio.
Todo acaba en derrota para Vic Mackey, uno de los grandes, que acaba haciendo un pacto con los federales a cambio de inmunidad absoluta, pero será sacado de las calles, esas en las que tan bien sabe moverse, para ser reconvertido en un parásito de oficina. Shane se convertirá en un álter ego de Joseph Goebbels, cuando convertido en presa por parte de sus ex compañeros no encuentre salida posible y decida matar a toda su familia y suicidarse él mismo. Ronnie acabará siendo el único de todos ellos que vaya a la cárcel y Corine pedirá protección de testigos tras colaborar con la policía contra Vic, llevándose de la vida de éste a sus hijos.
Sólo y afligido, lo que más había temido siempre Vic, será el precio a pagar por sus pecados. Un precio demasiado alto que deja al espectador con una sensación de aflicción y desazón que no esperaba cuando creíamos que la familia podría con todo.
The Shield es una serie brutal, una obra maestra imperecedera que una vez vista quedará para siempre en nuestro recuerdo.
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