CARTA ABIERTA A AYMERIC LAPORTE

Aymeric,

Me saqué esta foto contigo, la única con un jugador del Athletic cuando visité Lezama durante la Semana Santa pasada. Viviendo en Londres, me acerco pocas veces al año a casa. Y quería esta foto contigo porque sabía que no ibas a durar. Eras mi jugador favorito de la plantilla, porque eres un futbolista muy sobrado. Pero muy sobrado. Ahora hay quien dice que 70 millones de euros por ti es un precio fuera de mercado, pero si el Liverpool ha pagado 85 por Van Dijk y el United 106 por Pogba, sólo el tiempo  nos hará conscientes del indudable activo que perdemos en la zaga. No sólo para defender, si no también a la hora de atacar.

Ahora puede comenzar el proceso de restarte valor entre los aficionados, el decir que no eres tan bueno, que no eres para tanto. Es un proceso tan natural como el proceso de desidealización de un enamorado con quien le ha dado calabazas. Pero lo eres. Lo que mi buen Marcelo Bielsa calificaría como un futbolista superlativo. Cierto es que el Athletic está por encima de todo y de todos. Y lo está. Y dejas 70 millones de euros, que a mucha gente le vale, como si fueran a disfrutar de ellos personalmente. Espero que al menos el Athletic aproveche bien lo que dejas. Que no fiche al primero que se ponga a tiro, si no que invierta en Lezama y en dar trabajo a los de la tierra, para que los que, como yo, no tengan que emigrar para buscarse la vida. Que el Athletic devuelva a Bizkaia lo que le damos a la institución sus aficionados. Porque al final el Athletic somos sus aficionados.

Es una pena el tono que está adquiriendo el fútbol, Aymeric. Pienso que estarás de acuerdo conmigo. El fútbol es un deporte popular que se convirtió en profesión, y es lo que lo convierte en un tema tan delicado para sus profesionales. Porque el aficionado aún lo entiende como un deporte popular en el que cada equipo representa unos valores en lucha deportiva contra otro equipo, ergo otros valores. Por eso, cuando alguien abandona un equipo, cuando alguien abandona los valores que un equipo defiende, el aficionado no lo entiende. Y en ese punto está la delicadeza del fútbol como profesión. Y la culpa de todo lo que mueve el fútbol es de la gente de a pie. Es nuestra.

Casi todos haríamos lo que has hecho tú. Porque el fútbol desgraciadamente ha entrado en una vorágine en la que cada vez es menos del aficionado y es más de los empresarios. Los valores se pierden poco a poco y la lucha es entre empresas. Y por lo tanto, los futbolistas son sólo profesionales que buscan cambiar de empresa para mejorar. Lo que hacemos todos en nuestro día a día.

Y luego está la persona. Si tu marcha me hubiera pillado hace 6 años, te hubiera llamado las de dios, todos los santos hubiesen bajado del cielo. Me ha bastado estar en Londres, tener que sacarme las castañas del fuego yo mismo, para darme cuenta de que: 1) todos buscamos lo mejor para uno mismo porque las compañías no lo harán, y 2) que existe el factor humano también, uno no se sabe por quó alguien deja un sitio para irse a otro: dinero, sí; pero quizás también ganas de aventuras, un nuevo idioma, nuevos retos, llamar más la atención o asuntos personales. Sí, porque me fui de Bilbao por asuntos personales y profesionales. Y ahora en Londres, a mi señora siciliana no le gusta el clima, la comida y está como loca por transferirnos y criar nuestros hijos en Bilbao, aunque ella no sea de allí. Pero siente nuestra tierra como tal. Por lo tanto el factor humano no sabremos hasta qué punto ha jugado en tu adiós a nuestro club.

Espero que todo te vaya bien, Aymeric. Y que los caminos de la vida se nos crucen de nuevo. Porque en ese poco espacio que el fútbol profesional deja para los sentimientos, en ese espacio cada vez más pequeño para el aficionado, sé que eres un león más, y que no dejarás de seguir al Athletic en la distancia. Como hacemos todos los que nos hemos tenido que marchar de casa. No estoy contento de que te vayas, ni me importan los 70 millones que dejas. Me interesa el factor humano. Y me interesa la relatividad del tiempo. Hoy te vas, mañana quién sabe lo que nos darás con lo que aprendas fuera…

Zorte on, Míster Laporte! Eta eskerrik asko!!

Endika Brea Berasategi