EQUILIBRIO: IMPORTANTE NO SÓLO PARA KARATE; EQUILIBRIO IMPORTANTE PARA TODOS LOS ÓRDENES DE LA VIDA.
Miyagi
John G. Avildsen, fallecido hace escasamente unos meses, es uno de los casos más paradigmáticos de la historia del cine. Probablemente, pocas personas entre el gran público recordarán su nombre, pero desde luego muchos considerarán un par de sus películas con el calificativo de casi míticas. Y es que a pesar de una filmografía peculiar en su irregularidad, singular en sus desatinos con productos rozando el delirio como Van Damme´s Inferno (1999), Avildsen es el director de Rocky (1976) y de la protagonista de mi artículo de hoy: Karate Kid (The Karate Kid, 1984).
Karate Kid fue una producción de Jerry Weintraub. El guión corrió a cargo del hoy famoso Robert Mark Kamen (The Transporter). Bill Conti, mano derecha artística de Avildsen en el campo musical, sería el compositor de la famosa banda sonora de este film. Con un presupuesto del orden de 9 millones de dólares, Karate Kid se convertiría en un auténtico éxito comercial, recaudando 90 millones y generando tres secuelas ya no tan conseguidas artísticamente y un desgraciado remake con Jackie Chan y Jaden Smith en 2010.
En el plano artístico, el hasta entonces desconocido actor de ascendencia italiana Ralph Macchio ( Huntington, New York, 1961), sería el encargado de interpretar al protagonista de la cinta, Daniel Larusso. La bellísima Elisabeth Shue (Wilmington, Delaware, 1963) sería Ali, dando inicio a una carrera ligada como pocas al cine de los ochenta, de la que destacan en su filmografía las dos secuelas de Regreso al futuro (Back to the future 2&3, Robert Zemeckis). Randee Heller sería la madre de Daniel. Entre los “malos” de la función, los jóvenes integrantes de los Kobra Kai, destacan William Zabka como el líder del grupo John Lawrence, ex novio de Ali y rival desde el inicio de Daniel Larusso; Ron Thomas sería el arrepentido Bobby Brown; Martin Kove, visto en Rambo II, daría vida al maestro de los Kobra Kai Kreese; y señalar como nota cinéfila que Chad McQueen, hijo del legendario Steve McQueen (Bullit; Los siete magníficos; La gran evasión), es el también miembro de los Kai, Dutch.
Mención aparte merece el actor americano de origen japonés Noriyuki “Pat” Morita (Isleton, California, 1932), conocido por su participación en la película de culto Temblores, que se haría cargo del papel del profesor vital/figura paterna de Daniel, el Señor Miyagi. Morita no sólo consiguió una nominación al Oscar como mejor secundario por este film, si no que además de ello, convirtió a Miyagi en un auténtico personaje de culto entre los cinéfilos de todo el mundo y en uno de los roles más recordados del cine juvenil de los años ochenta.
Argumento: Daniel Larusso es un joven de Newark (New Jersey), que se traslada con su madre hasta California. Allí será el objeto de los ataques por parte de un grupo de entre sus compañeros de escuela que, liderados por Johnnie Lawrence, se dedican a practicar kárate. Para hacerles frente, Daniel comenzará a entrenarse también en kárate con su vecino, el señor Miyagi, un sabio japonés, mientras vive un romance con Ali, ex novia de Johnnie. El campeonato de kárate de la región servirá para que Daniel se enfrente a sus contrincantes y ponga en práctica las enseñanzas de Miyagi.
EL EQUILIBRIO VITAL DE DANIEL LARUSSO
Spoiler: Lo que más me sorprende de Karate Kid 33 años después de su estreno es no haber leído nunca ningún análisis sobre la misma en la que se mencione que esta película es un remake no oficial de Rocky trasladada a su tiempo histórico. Me explico. Si uno pone atención a su línea argumental, es un calco de la película que lanzó a la fama a Sylvester Stallone: personaje masculino maltratado por la vida que busca un lugar en ella a través de un deporte de lucha, mientras es entrenado por alguien que sabe mucho más que él sobre la vida y que además vive un romance con un personaje femenino que simboliza el pilar básico de la estabilidad emocional y vital.
Tal cual. La diferencia entre ambas cabe encontrarlas no en el director ni en el compositor, que curiosamente son los mismos, como ya hemos citado en la introducción, si no, como ya he dicho también, en el contexto histórico de ambas. Rocky es una película de los 70 (la década del cine adulto por excelencia), con un personaje principal que es un hombre en su edad adulta, en busca de una reputación, un lugar de respeto en la sociedad y para consigo mismo; Karate Kid es un producto racialmente ochentero, juvenil en su planteamiento con un personaje principal aún adolescente que busca encontrar el equilibrio en su vida.
La búsqueda del equilibrio es precisamente el tema central de Karate Kid. El quiz de la película se basa en el viaje de aprendizaje vital que Daniel lleva a cabo con Miyagi. Las imágenes iniciales ya nos muestran cómo Larusso viaja en coche con su madre de un extremo a otro de América, atravesando paisajes de todo tipo: rocosos, arenosos, montañosos, áridos, fértiles etc. mientras que a veces el coche debe ser empujado para hacerlo arrancar… una sutil metáfora del viaje iniciático del protagonista y de los vaivenes y la inestabilidad de la vida a la que nuestro sufrido protagonista deberá hacer frente. De hecho, la premisa básica sobre la cual se basa el entrenamiento de Daniel es el equilibrio. Sin un buen equilibrio, no tendrá buen kárate, y por tanto, no podrá hacerse respetar. No es casualidad que el film acabe con Daniel debiendo hacer frente a Johnny con una sola pierna buena, lesionado y debiendo recurrir a la técnica grulla, que requiere un dominio del equilibrio total y absoluto.
Así mismo, caben destacar los entrenamientos preparados por Miyagi con su famoso «dar cera, pulir cera» y sus frases filosóficas y motivacionales que éste espeta a lo largo del film: un entrenamiento basado sobre todo en la filosofía, en la exaltación del espíritu interior más que en el combate físico. Ya lo dice Miyagi: “Yo aprendí kárate para no tener que pelear”. Esta manera humana de encarar la vida de Miyagi contrasta con la agresividad con la que se entrenan los Kobra Kai bajo el mando de su maestro Kreese, veterano de la guerra de Vietnam. La educación como base de todo: “No hay mal alumno, sólo mal maestro: maestro dice, alumno hace”, cita Miyagi cuando habla del problema de actitud de los Kobra Kai. A fin de cuentas, Karate Kid es una película también sobre la enseñanza y la educación.
La química entre Macchio y Morita hace que los posibles errores de guión con respecto a la caracterización más bien burda del resto de personajes sean perdonados e incluso olvidados; la inolvidable y maravillosa banda sonora compuesta por Bill Conti , con esos maravillosos acordes con connotaciones orientales transmiten fuerza y un toque de nostalgia; y la alegría con la que está rodada hacen de la cinta una película motivadora como pocas. Un film simpático que demuestra cómo, a diferencia de muchos productos de hoy día, en los 80 incluso películas como Karate Kid eran mucho más que simples productos juveniles.