A punto de entrar en el año 2020 y, por ende, en una nueva década, recopilo en esta lista lo que, para mí, es lo mejor que nos ha dejado el cine y la TV (aunque cada vez están más mimetizados) en estos 20 últimos años. 21 títulos indispensables de lo que llevamos de siglo XXI.
· Náufrago (Cast Away, 2000, Robert Zemeckis). Sin duda, para quien esto escribe, no sólo la mejor película del siglo XXI. También una de las mejores de la historia, así a secas.
·Zodiac (2007, David Fincher). Una brutal exploración de la obsesión y de la maldad que anida en el interior del ser humano. Fincher, siempre Fincher…
·Entre Copas (Sideways, 2004, Alexander Payne). Ejemplo perfecto de cómo no hacen falta grandes aspavientos para llamar la atención; ejemplo perfecto de cómo debió ganar muchos Oscars, entre ellos el de vestuario.
·La vida de Adele (La vie d´Adele, 2013, Abdellatif Kechiche). Maravillosa y dulce historia de amor lésbico. Ganadora de la Palma de Oro en Cannes.
·La red social (The social network, 2010, David Fincher). Fue la película con la que el gran público descubrió a un impresionante Jesse Eisenberg interpretando a un insociable que inventó el mayor instrumento de socialización online. Una mediocridad olvidable y olvidada como El discurso del Rey le batió en los premios de la Academia. Recientemente, ha sido considerada la mejor película de la década por la revista People.
·Roma (2018, Alfonso Cuarón). La gran película del año pasado. Un canto de amor a la figura materna, a la Tierra, a los cuatro elementos de la naturaleza, todos ellos uno.
· Breaking Bad (2008, Vince Gilligan). La primera vez que la ví, la hice en castellano y dije: «bah…». La segunda vez la ví en inglés y no hay palabras para describir lo grandes actores que son todos, desde Aaron Paul hasta Bob Odenkirk, pero sobre todo, Bryan Cranston. Obra maestra.
· Munich (2005, Steven Spielberg). Impresionante cuestionamiento fílmico sobre el tema de la venganza, con el maestro Spielberg dirigiendo la historia del asesinato de atletas hebreos en Munich 72 y el ojo por ojo aplicado posteriormente por el Mossad.
· Madre! (2017, Darren Aronofsky). Como cualquier obra visionaria, necesitará su tiempo para ser colocada donde merece: en el Olimpo cinematográfico.
· Toy Story 3 (2010, Lee Unkrich). Sólo decir una cosa sobre ella: es la mejor película de animación de la historia del séptimo arte. Y por mi parte, punto.
· La danza de la realidad (2013, Alejandro Jodorowsky). «No quiero vivir en un mundo donde los perros van disfrazados» es posiblemente la frase de la película que mejor la resume. Magistral.
· El árbol de la vida (2011, Terrence Malick). Todo lo grande del cine de Malick condensado en una de sus mejores obras.
· Shutter Island (2010, Martin Scorsese). El maestro Scorsese logra un opresivo thriller psicológico desasosegante y claustrofóbico como pocos.
· Apocalypto (2007, Mel Gibson). Gozando en este film de la crudeza visual a la que nos tiene acostumbrados, uno se pregunta qué hubiera hecho Mel Gibson si hubiera dirigido esa cutrez para masturbación de adolescentes freakies que fue la saga de El Señor de los Anillos.
· Antes del atardecer (2004, Richard Linklater). Segunda parte de la historia de amor entre Celine y Jesse, uno de los más bellos romances de la historia. La primera vez que visité París, lo hice siguiendo los escenarios de la película. Hasta ese punto me marcó.
· El Pianista (2002, Roman Polanski). Polanski usó la historia real del pianista Wladislaw Szpillman para sumergirnos en el horror más absoluto y la locura humana más cruda durante el período del Ghetto de Varsovia.
· Once Upon A Time In Hollywood (2019, Quentin Tarantino). Quién lo iba a decir cuándo empecé a verla que iba a acabar catalogándola en mi cabeza como la mejor película de la carrera del director de Pulp Fiction.
· The Shield (2002, Shawn Ryan). Durante los tres meses que invertí viendo sus siete temporadas, me marchaba a la cama eléctrico por el ritmo y el estilo visual de esta impresionante serie policíaca. Inolvidable Michael Chiklis como el detective Vic Mackey.
· The Wire (2005, David Simon). La segunda temporada de esta obra maestra alcanza cotas de genialidad difícilmente vistas antes y después en la historia del mundo audiovisual.
· Mystic River (2003, Clint Eastwood). El mismo año de esta obra maestra, esa mediocridad llamada El Señor de los Anillos se llevaba todos los Oscars. El tiempo ha tratado a ambas como se merecen, como ocurre con el buen vino.
· A dos metros bajo tierra (2001, Alan Ball). Otra de las grandes obras maestras de esa churrería de genialidades llamada HBO. Conmueve, aterra, hace reír, conmociona… Inolvidable.
Coincido en varias de tus propuestas, no así en lo del año, 2020 es el último de la decada ;-). Cuídate allá donde estes. Saludos
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